El destino turístico Holguín posee numerosos recursos y atractivos, muchos de ellos únicos en todo el archipiélago cubano. En relación con el turismo de naturaleza, conserva una rica diversidad de sitios entre los que se encuentran 22 bahías, 34 ríos, saltos y embalses; 21 cuevas, 21 paisajes naturales, 6 aguas minero-medicinales, 9 cayos, 4 cotos para fotocaza, 11 zonas de pesca y 5 paisajes submarinos.
Sobresalen los tres parques nacionales enclavados en el territorio: Pico Cristal, en el municipio Mayarí, fue el primero creado en Cuba en 1930 y posee la elevación más alta de la provincia. La Mensura, también en Mayarí, ostenta el principal atractivo natural: el Salto del Guayabo, uno de los más altos de la Isla, situado a 546 metros sobre el nivel del mar, formado por dos saltos de agua con caídas verticales de 85 y 127 metros, respectivamente. El Parque Nacional Alejandro de Humboldt —compartido con la provincia de Guantánamo— comprende los municipios de Sagua de Tánamo y Moa, siendo declarado por la UNESCO en el 2001 Patrimonio de la Humanidad. En este último, Farallones de Moa es uno de los principales sitios de interés para senderismo y rutas, de zona cársica con un sistema cavernario fluvial: la Gran Caverna de los Farallones de Moa, uno de los cinco monumentos nacionales naturales de Cuba.
“La tierra más hermosa”, como la describió Cristóbal Colón en su Diario de Navegación, cuenta, igualmente, con otros dos parques naturales de gran jerarquía pertenecientes al municipio Rafael Freyre y administrados por la compañía Gaviota: el Parque Natural Cristóbal Colón, que incluye a Bariay, lugar de arribo del Almirante, el 27 de octubre de 1492, y el bioparque temático Rocazul, con un sendero ecoarqueológico. El otro gran parque natural es Bahía de Naranjo, que se extiende entre el mar y la montaña. El cayo, en el centro de la bahía, constituye el mejor santuario para el esparcimiento, donde se pueden practicar deportes náuticos como la pesca a vara, safari y buceo, además de visitar el delfinario para compartir baño junto a delfines amaestrados.
Cayo Saetía, en el municipio Mayarí, es otro de los parajes naturales de alto interés turístico del destino, donde se pueden observar animales salvajes exóticos en su propio hábitat.
Gibara y Banes son los otros dos municipios del destino junto a los ya mencionados Mayarí, Sagua de Tánamo, Moa y Rafael Freyre, que conforman la ruta de turismo de naturaleza del norte holguinero. San Fulgencio de Gibara concentra un espacio natural de áreas protegidas y silvestres como la Cueva de los Panaderos, una de las 29 cuevas del Sistema Cavernario de la Polja del Cementerio, con un potencial arqueológico-turístico de alto valor, a solo dos kilómetros de la Villa Blanca; así como el famoso Tanque Azul en playa Caletones, cueva inundada con cristalinas y frías aguas, la de mayor espeleometría del país, ideal para la modalidad de espeleoturismo. En esta zona, con alto grado de naturalidad y preservación, se encuentra un importante corredor de aves migratorias. Banes, llamado capital arqueológica de Cuba, posee el mayor museo de este tipo in situ del Caribe insular: Chorro de Maíta, donde turismo cultural y de recorrido se combinan en armonía perfecta con el turismo de naturaleza.
No podía faltar en este enfoque de lo natural una panorámica de algunas de las principales manifestaciones y tradiciones culturales de las ciudades y pueblos del norte holguinero enmarcados en esta ruta de turismo de naturaleza.
Entre las más autóctonas destaca la Tumba Francesa de Bejuco –de origen franco-haitiano de la primera mitad del siglo XIX– situada a poca distancia del río de la ciudad de Sagua de Tánamo, en las montañas, lo que ha coadyuvado a que el grupo conserve su ritmo sin mezcla con los ritmos urbanos. En un artículo de la publicación Ciencia y Futuro (Caboverde Abreu, no.1, 2011) se habla de que al paso de Antonio Maceo por Sagua de Tánamo el 18 de mayo de 1895, miembros de esta agrupación se integraron a sus filas y que aún en nuestros días, el Titán de Bronce es venerado en los cantos de la Tumba Francesa de Bejuco, la cual ha obtenido reconocidos premios nacionales como los de Cultura Comunitaria y Memoria Viva.
En Mayarí se han revitalizado los antiguos bailes de salón Lanceros Mayariceros (surgidos por 1912) y se ha ido sustentando cada vez más en el ámbito nacional el Festival de Agrupaciones Soneras, cuya edición XXVI se realizó en noviembre de 2016. Rafael Freyre es la subsede más significativa de la Fiesta de la Cultura Iberoamericana, evento cultural internacional que se realiza en el destino, cuya visita a Bariay cada 28 de octubre recoge el trascendental momento de la llegada de Colón a tierras de América.
En Gibara y en Banes se realiza en cada mes de enero la Semana de la Cultura, su más sustancial evento, con sus fiestas y bailes heredados de épocas pretéritas. Banes, con una tradición trovadoresca que va más allá de sus predios, y Gibara, con su Día del Gibareño Ausente, primero en el país, le suma el Festival Internacional de Cine (antiguo Cine Pobre).
En Moa, su cultura popular tradicional se hizo más fuerte en los barrios costeros donde se celebran fiestas de origen religioso como el baile de máscaras Los Mamarrachos u otros bailes como el famoso del Gavilán.
No hay dudas de que el producto de turismo de naturaleza en el destino turístico Holguín, representa un eslabón imprescindible en su gran abanico de posibilidades, con un enfoque integrado donde lo cultural es parte inseparable de su patrimonio inmaterial y natural.
Holguín acata el desarrollo turístico con una sostenibilidad ecológica, compatible con ese propio desarrollo y un inventario de sus recursos con el mantenimiento ecológico y la diversidad de esos recursos biológicos. El destino hace suya la Carta del Turismo Sostenible aprobada en la Conferencia Mundial de Turismo Sostenible (Lanzarote, España, 1995), cumplimentado a su vez todas las regulaciones que en esta materia se aplican en la nación.
Sola así, se puede cumplir y sustentar el precepto de José Martí presente en una de sus obras: “Cuando nací, la naturaleza me dijo: ¡ama! Y mi corazón dijo: ¡agradece!”