El turismo en Trinidad

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La concepción del turismo en Trinidad como actividad económica, tiene sus orígenes en los finales de la década del 1930. En esa fecha, entre las figuras más prominentes de la burguesía trinitaria asociada a elementos de la intelectualidad, se desarrolló un fuerte movimiento cívico que se proyectó en sacar a Trinidad de la miseria y abandono en que se hallaba sumida, haciéndola resurgir económicamente a través de nuevas opciones dentro de las cuales se concibió el turismo.

Para este empeño tuvieron en cuenta las posibilidades que brindaban las campañas en favor del desarrollo turístico que se realizaban desde La Habana, así como también las potencialidades culturales y naturales existentes en la ciudad y la región histórica que abarcó, que podían convertir a Trinidad en una de las sedes más importantes del turismo en Cuba. En esos años, la idea parecía una quimera, la capacidad de hospedaje era mínima en la ciudad; de la historiografía local se toma como referencia la existencia de un pequeño hotel en el centro de la ciudad llamado hotel Canadá.

En esa primera etapa surgieron hoteles e instalaciones extrahoteleras con prestación de servicios de calidad a los turistas nacionales y extranjeros que visitaban la ciudad. Hoteles como La Ronda (1951), Las Cuevas (1956) y restaurantes como el Guamuhaya (antigua Ronda, 1938), acogieron a destacadas personalidades de la cultura, historiadores, hombres de negocios y políticos, entre los que se recuerdan: la insigne poetisa cubana Dulce María Loynaz del Castillo, el expresidente de República Dominicana Juan Boch (por esa fecha visitaba Trinidad) y Barbarito Diez (según cuenta la familia Venegas, por entonces propietaria de La Ronda, este le dedicó al hotel una canción que grabó en uno de los discos que obsequió a la familia).

Estas instalaciones han llegado hasta nuestros días. El sueño de los emprendedores trinitarios de la década de 1930 es una realidad y Trinidad se erige como una de las sedes más importantes del turismo en Cuba; por sus características es considerada un multiproducto, ya que en un territorio relativamente pequeño se combinan como principales atractivos: sol y playa, naturaleza y ciudad histórico-patrimonial. Cuenta al efecto con una amplia gama de servicios hoteleros, extrahoteleros y una infraestructura de apoyo al turismo, representada por los sectores estatal y no estatal, que evidencian las potencialidades del destino.

En el sector estatal se destaca la presencia de dos cadenas hoteleras: Cubanacán (que a su vez tiene asociación mixta con la cadena española Iberostar) cuenta con 872 habitaciones y Gaviota Tope de Collantes con 375 habitaciones. En la rama extrahotelera, la Empresa Palmares S.A. tiene 14 restaurantes entre los que se destaca el Plaza Mayor, ubicado en pleno corazón del Centro Histórico.

El sector no estatal ha alcanzado gran desarrollo, sobre todo en los servicios de alojamiento y gastronomía, expresado en la existencia de un gran número de hostales y restaurantes (paladares), diseminados por toda la ciudad y con mayor relevancia en el Centro Histórico urbano, Patrimonio Mundial. Estos, incuestionablemente, han contribuido al mejoramiento y la diversificación de esos productos. Los hostales alcanzan la cifra de 1 050, de ellos 800 se destinan al turismo internacional, realizan el pago de los impuestos en divisas y aportan 994 habitaciones al destino. Los paladares se van a identificar por su calidad, lo que los va a distinguir de los otros elaboradores-vendedores de alimentos y bebidas mediante servicio gastronómico.

Los paladares se concentran en el turismo internacional y nacional, pero también trabajan con los clientes internos (vistos como la población local). En ellos, el servicio es rápido, muchos utilizan las tendencias actuales de la gastronomía en función de la demanda, las exigencias de cada uno de los segmentos con que trabajan y por la competencia que existe ya en este tipo de actividad, buscando al mismo tiempo un estilo que les permita el éxito. En las cartas-menú ofertan el plato de la casa y una gran variedad de platos típicos de la localidad, lo que contribuye al rescate de las tradiciones culinarias de nuestro país.

Disponen de ofertas con menú dirigido o también denominados como una completa, que se utilizan como una alternativa para el fomento de las ventas, al darles la opción a clientes de menor poder adquisitivo, de un menú con calidad y por un precio fijado más accesible a su economía. Realizan también ofertas especiales temáticas en días de celebración como: el día de los enamorados, de las madres o de los padres, por el fin de año, celebraciones religiosas, entre otras. Por tal motivo, algunos paladares de Trinidad han alcanzado renombre internacional por su calidad y lo sólido de su propuesta gastronómica. Nombres como: Davimart, Esquerra, Sol y Son, Sol Ananda, La Ceiba, La Marinera, en el poblado de Casilda, y el Bolo Vista Gourmet, entre otros, se identifican como restaurantes de buen comer y beber.

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